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Villarrobledo es un municipio de Castilla-La Mancha, España. Situado al noroeste de la provincia de Albacete y fronterizo con las de Cuenca y Ciudad Real, en la comarca de la Mancha Alta, y en la mancomunidad de La Mancha del Júcar-Centro. Cuenta con una población de 25.417 habitantes (INE 2007),^[2] siendo el tercer municipio más poblado de la provincia, sólo por detrás de la capital y de Hellín. La extensión de su término^[3] es una de las mayores de España.

El actual emplazamiento de la ciudad data de 1292 aunque en su término existen vestigios de asentamientos paleolíticos, de la Edad del Bronce, iberos, romanos, hispanomusulmanes y bajomedievales. En el siglo XV recibió el Privilegio de Villazgo en dos ocasiones (Hacia 1440 y en 1476) y, en 1929, el rey Alfonso XIII concedió a Villarrobledo el título de ciudad gracias a la mediación del político y periodista villarrobledense Graciano Atienza Fernández. Es conocida por eventos multitudinarios como el Carnaval, la Semana Santa o el Festival Viña-Rock, aunque su nombre alcanzó resonancia nacional en circunstancias más trágicas; principalmente, cuando en sus cercanías se libró, el 20 de septiembre de 1836, la Batalla de Villarrobledo dentro de la Primera Guerra Carlista, también durante la Huelga Revolucionaria de Octubre de 1934 en que los insurrectos lograron hacerse con el control de la ciudad y durante varios días resistieron a las fuerzas de Orden Público ocasionando varios muertos, o en la Guerra Civil Española.

Cabecera comarcal, nudo caminero e importante polo de atracción a nivel regional, en su término están radicadas algunas de las más importantes empresas nacionales y regionales en sectores como la industria alimentaria, los transportes y la calderería pesada.

Algunos de sus hijos más ilustres han alcanzado gran notoriedad en diversos campos como Alonso Ortiz (escritor), Mateo Jareño de la Parra (médico), Diego Morcillo Rubio de Auñón (político), Tomás de Torrejón y Velasco (músico) o Ventura Chumillas (ensayista).

Por qué visitar Villarrobledo

Otros argumentos para visitar Villarrobledo son sus fiestas y amplio programa cultural. Destacan:

Su patrimonio

Villarrobledo cuenta con un destacado patrimonio histórico artístico reunido a lo largo de siete siglos.

Conjunto Histórico-Artístico de la Plaza Ramón y Cajal

De su rico patrimonio destaca el Conjunto Histórico-Artístico de la Plaza Ramón y Cajal que reúne tres de los edificios más emblemáticos de Villarrobledo: Casa Consistorial, Iglesia de San Blas, ambos declarados Bienes de Interés Cultural con la categoría de monumento, y la casa de Andrés López- Muñoz levantada por los primeros pobladores de Villarrobledo a finales del siglo XIII.

Rincones y calles próximas

Rincones y calles próximas a la plaza Ramón y Cajal: calles Pedregal, Enrique Arce, San Bernardo, Santa María, que acogen un destacado patrimonio, exponente de diversos estilos y épocas, aquí se pueden ver las casonas tipicamente manchegas mezcladas con las grandes casas señoriales construidas en estilos depurados e identificadas con hermosos blasones que hablan del linaje de sus moradores.

Otros lugares de interés

-Santuario de Nuestra Señora de la Caridad, patrona de Villarrobledo. - Ruta verde urbana a través de los numerosos parques y jardines, lugares con encanto e historia, en los que se puede disfrutar de un agradable paseo, un rato de lectura tranquilo o en los que simplemente uno puede pararse a contemplar el paso del tiempo.

Talleres de tianajería

En los que se puede admirar el oficio artesano más antiguo de la ciudad con más de 400 años de historia y que mantiene viva la misma técnica artesanal que hace cuatro siglos. Aquí se hacen las famosas tinajas de barro referenciadas por Cervantes en "El Quijot", que han dado fama mundial a Villarrobledo.

Ruta del Vino

Villarrobledo forma parte de la ruta enoturística "Caminos del Vino" integrada por siete poblaciones que son el mayor núcleo de producción de uva y vino del mundo y que tienen una larga tradición vitivinícola, que ha definido sus modos de vida y su cultura: Alcázar de San Juan, Tomelloso, Campo de Criptana, San Clemente, Pedro Muñoz, Socuéllamos y Villarrobledo. Además de visitar las impresionantes bodegas que componen esta ruta, el visitante puede degustar la gastronomía local en los restaurantes asociados y realizar diversas actividades complementarias.

Trazado local de la Ruta del Quijote

Permite descubrir un paisaje cambiante y contemplar puestas de sol únicas de cielos teñidos de rojo sobre un mar sereno de tierras verdes y amarillas.